30 de junio de 2009

Sueños

Todos soñamos, es algo que no podemos evitar. Cuando dormimos nuestro subconsciente se apodera de nosotros y hace lo que le place con nuestra mente, llevándonos a mundos reales o extraños, bonitos u odiosos.

Una vez escuché o leí, ya no recuerdo, que la mayor parte de la gente si despierta más de 3 segundos después de haber terminado el sueño ya no lo recuerda. De hecho, ni aún así es fácil recordar un sueño, es muy posible que al intentar contárselo a alguien o, si nos ha gustado, volver a disfrutar con él, introduzcamos cosas que a nuestra voluntad le gustaría que hubieran sucedido (o no, depende del sueño) pero que nuestro subconsciente no tuvo el gusto de ponerlas ahí en la película original. El montaje del director, por así decirlo, puede llegar a diferir bastante del original.

Sin embargo, los sueños siempre han fascinado a los humanos. Un ejemplo claro es su interpretación, que ha llegado a marcar, en tiempos remotos y no tan lejanos, incluso la política y la economía de países. En este momento se me viene a la cabeza la historia de José y la interpretación del sueño del faraón, aquél de las siete vacas bien cebadas y las siete vacas flacas, que representarían siete años de prosperidad para Egipto, seguidos de otros siete de miseria.

Bueno, y luego está el soñar despierto, de lo cual me considero un gran aficionado. Intentar visualizar en nuestra mente qué queremos que nos ocurra en un futuro, divagar con las cosas buenas que esperamos vivir... En fin, a todos nos gusta montarnos historias, vivir otras historias que no son las que estamos viviendo en nuestro presente ("right now", como dirían los ingleses). En mi opinión esa podría ser una posible causa del éxito del cine, la literatura, el teatro... ¿O no? (Motivos históricos aparte: la tradición oral, mitos y demás siempre ha estado ahí).

Soñar... Algo inevitable, bonito unas veces y desagradable otras. Que tenga que ver algo con la realidad es otra historia, pero eso parece que sólo lo sabe nuestro subconsciente y la ciencia probablemente no llegue a saberlo nunca. (Por más que algunos afirmen categóricamente que los sueños no tienen nada que ver con la realidad, ¿tienen algún argumento tajante para refrendarlo? Yo soy de esa opinión, pero debo admitir que, aunque la otra me parece harto improbable, tampoco la descarto del todo).

En fin, sigamos soñando. Será un signo inequívoco de que seguimos vivos.

26 de junio de 2009

Un primer post

Bueno, todos los blogs tienen un primer post. Ese primer post en el que realmente no se dice nada, sólo tal vez se presenta uno o presenta su blog. Pero claro, cuando uno va a hablar de lo que le apetece en cada momento, sin un tema fijo y sin un hilo conductor esa presentación se desdibuja un poco. Y sobre mí... bueno, soy un estudiante de ingeniería informática, de 21 años, con varias aficiones que se irán dejando ver por aquí.

El siguiente post ya será el segundo.